Impétigo

¿Qué es el impétigo?

El impétigo es una infección común y bastante contagiosa de la piel que producen dos bacterias: el estreptococo y el estafilococo.

¿A quién afecta? ¿Cómo se contagia?

Puede afectar a cualquier persona a cualquier edad, pero los niños de 2 a 6 años son la población que más frecuentemente sufre esta infección (especialmente si están en guarderías, escuelas, de colonias con otros niños, hacen deportes de contacto, etc.)

El impétigo se contagia por contacto directo entre personas (piel con piel) o por compartir la bañera, prendas y toallas de personas afectas.

Los ambientes húmedos y cálidos favorecen la aparición del impétigo, por este motivo es mucho más frecuente durante el verano.

Contrariamente a lo que se piensa, las mascotas no contagian el impétigo humano.

Ciertas personas con heridas en la piel tienen más riesgo de sufrir un impétigo, por ejemplo, los niños con eccema atópico con mucho picor y rascado intenso, o pacientes que están pasando la varicela.

¿Cómo se manifiesta el impétigo?

El impétigo empieza en forma de heridas, ampollas y/o costras que crecen en pocos días.

En algunos casos, aparecen ampollas que cuando se rompen dejan ir un líquido transparente amarillento que rápidamente se seca dejando costras.

El impétigo no suele dejar cicatriz cuando se cura, a no ser que el paciente se haya hecho alguna herida más profunda al rascarse.

¿Tengo que ir al médico necesariamente?

Sí. Habitualmente el impétigo es una infección banal que se resuelve con tratamiento en días o semanas, pero en algún caso se puede extender y suponer un problema médico.

Los dermatólogos y los pediatras son los especialistas más acostumbrados a identificar y tratar esta infección.

¿Tienes que tomar alguna medida especial para evitar el contagio a otras personas?

Pues sí, el impétigo es bastante contagioso. Por eso es importante diagnosticarlo pronto y comenzar el tratamiento precozmente.

En el caso de niños, recomendamos las siguientes medidas para evitar el contagio de otros niños o personas cercanas: evitar que el niño o niña se bañe al mismo tiempo con hermanos o familiares, no compartir ropa, toallas ni juguetes, no dormir en la misma cama, lavar diariamente tanto la ropa de día como la de cama, y evitar el contacto directo con las lesiones de impétigo que estén activas (húmedas o con costra)

¿Cuándo puede volver el niño al colegio?

Debe pasar un mínimo de 48-72 horas después del inicio del tratamiento para que las lesiones no sean contagiosas. Durante este tiempo es recomendable que el niño no vaya al colegio ni haga deportes de equipo o de contacto ni actividades extraescolares en grupo. Vuestro dermatólogo puede alargar este periodo si es necesario.

En el caso de los adultos, no son necesarias estas medidas de aislamiento. El enfermo adulto deberá evitar el contacto físico con otras personas, evitar deportes de contacto, cubrir las heridas y costras de impétigo con ropa o apósitos limpios, y lavarse las manos frecuentemente.

¿Cómo se trata? ¿Qué cuidados tengo que seguir?

El tratamiento médico se basa en pomadas antibióticas, y en casos recalcitrantes o con muchas lesiones, con antibióticos por vía oral. Es fundamental que la aplicación de la pomada se realice al menos 3-4 veces al día, cubriendo bien todas las lesiones.
La pomada debe aplicarse en cualquier lesión en la piel que pueda suponer el inicio de una nueva placa de impétigo: pequeños granitos, heriditas, ampollas o picaduras, deben tratarse como si fueran lesiones incipientes de impétigo.

Las bacterias a menudo colonizan los orificios nasales. Por este motivo es probable que vuestro médico os recomiende aplicar una pomada antibiótica también en esta zona.

Los niños afectados con impétigo pueden bañarse o ducharse normalmente. Recomendamos un baño de unos minutos para que el agua ablande las costras y así después poder retirarlas suavemente con agua y jabón o una gasita o toalla húmeda. No dejéis nunca sin vigilancia a un niño pequeño dentro o cerca de una bañera.

No es necesario hacer sufrir al niño a la hora de retirar las costras. Si no saltan por qué están muy adheridas a la piel, no pasa nada, ya saltarán más adelante en otra cura o baño.

Cubrir las heridas y costras de impétigo con apósitos limpios (especialmente durante el periodo de descanso nocturno) puede prevenir que se extiendan y favorecer que curen más rápidamente. En caso de hacerlo, es importante retirar los apósitos en la siguiente cura, limpiar, reaplicar la crema y si procede, volver a tapar con un nuevo apósito.

No os preocupéis si las costras se vuelven a formar en cuestión de minutos u horas: como dermatólogo y también padre de dos niños que han pasado un impétigo con anterioridad, os recomiendo mucha paciencia y, sobre todo, constancia a la hora de realizar las curas.

Es fundamental aprovechar el momento de la higiene diaria del niño o niña para explorar todo el cuerpo y no dejar ninguna lesión sospechosa sin tratar: el impétigo puede afectar a cualquier parte del cuerpo y no es infrecuente ver placas en zonas cubiertas como genitales, nalgas, zona perianal, ingles y otros pliegues. Es importante mantener las uñas de los niños bien cortas y lavarles las manos frecuentemente.