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¿Tienes alguna duda?

Preguntas y consejos frecuentes

¿Qué puedo hacer para mejorar mi rosácea?

El acné rosácea es una enfermedad crónica de la piel que afecta sólo a la cara. Hay varios tipos y fases de rosácea, de forma que cada paciente sufre unos síntomas diferentes. Hay personas que sufren una sensación que explican como si subiera súbitamente la sangre a la cara, acompañado de quemazón y rojez, especialmente en situaciones de calor ambiental, sol, estrés… (lo que denominamos flushing en inglés).

Con el tiempo pueden aparecer granitos, con o sin pus. Y también se puede manifestar en forma de cara enrojecida y con venitas (en tal caso, se le denomina cuperosis).

Sí. No es lo más habitual, pero la rosácea puede afectar ligeramente a los párpados y los ojos, acompañándose de una sensación de arenilla o escozor. En este caso, se recomienda la valoración por un oftalmólogo.

Sea meticuloso con la aplicación o la toma de medicamentos que el dermatólogo le ha prescrito, e hidrátese la piel diariamente con una crema hidratante suave.

¿Qué curas debo seguir después de una intervención quirúrgica?

Estas heridas suelen dar pocas molestias, que se toleran perfectamente sin tener que tomar nada. Si el dolor es mayor y necesita tomar un analgésico, puede tomar por ejemplo paracetamol (siempre que usted no sea alérgico a éste). Evite la toma de antiinflamatorios de tipo aspirina (ácido acetilsalicílico y derivados), porque pueden favorecer el sangrado.

Un sangrado ligero puede controlarse haciendo presión constante sobre la herida durante 10-15 minutos. Si tiene que cambiarse la venda o apósito, puede usar gasas impregnadas con agua oxigenada. Si pese a esto, el sangrado es importante, acuda al centro médico de urgencias.

Las curas después de una pequeña intervención quirúrgica han de hacerse diariamente. A no ser que su médico le haya dicho lo contrario, después de 24 horas usted puede ducharse normalmente, secarse bien la herida y hacerse la cura tal y como le hemos explicado en la consulta.

Habitualmente, con la herida ya seca y limpia, se aplica una solución antiséptica o una crema antibiótica (lo que le hayamos indicado) y finalmente taparla con una venda o apósito limpio. Es recomendable llevar la herida siempre tapada hasta que le hayamos retirado los puntos de sutura, o en caso de no llevar puntos, hasta que la herida presente una costra bien seca o esté completamente cicatrizada.

Tengo dermatitis atópica, ¿cómo puedo tratarla?

El eccema o dermatitis atópica es una enfermedad de la piel que aparece en niños y algunos adultos con una piel especialmente sensible. Es una alteración crónica (es decir, que puede durar años), lo cual significa que el niño tendrá épocas mejores y peores, dependiendo del clima, la estación del año, el estado de hidratación de la piel, la contaminación (especialmente en ciudades), la higiene excesiva con uso de jabones con detergentes, la dureza del agua, etc.

La dermatitis atópica tiene un gran componente genético, es decir, existe una alteración en la composición normal de la piel que se hereda en la familia. En las familias con niños con dermatitis atópica, es frecuente encontrar familiares cercanos (padres, hermanos, tíos…) con antecedentes de alergias, que han sufrido esta enfermedad, bronquitis asmática o rinoconjuntivitis alérgica.

¿Cómo puedo prevenir el envejecimiento prematuro de la piel?

Para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, es importante protegerla del sol con protector solar y usar sombreros y ropa protectora, evitar el tabaco y el alcohol, mantener una dieta saludable y equilibrada, dormir lo suficiente y evitar el estrés excesivo.

¿Cómo puedo mejorar mi eczema de manos?

El eccema (también llamado dermatitis) es una inflamación de la piel caracterizada por enrojecimiento, descamación y picor. Cuando es más intenso, pueden aparecer ampollas con líquido que pican mucho, o fisuras. En las manos, suele deberse al contacto continuado con agua, jabones y productos químicos irritantes o que desencadenan reacciones alérgicas.

Los eccemas de contacto de las manos se diferencian en dos tipos según su origen: irritativo o alérgico.

El más frecuente es el eccema irritativo, es decir, aquél causado por factores irritantes. La causa más frecuente de esta dermatitis es el lavado de manos, dicho en otras palabras, el uso frecuente o excesivo de agua y jabones. También hay otros factores ambientales, como el frío, o productos químicos además de los jabones, que resecan e irritan la piel.

Ciertas profesiones tienen una alta frecuencia de esta enfermedad, como las amas de casa, trabajadoras domésticas o de limpieza, personal sanitario, cuidadores, agricultores, trabajadores de la construcción, etc.

El otro tipo, el eccema de contacto alérgico, se produce porque el paciente se ha hecho alérgico a algún componente químico. Son ejemplos, la alergia al níquel en individuos que no toleran la bisutería, la alergia a fragancias en pacientes que utilizan cosméticos y perfumes, la alergia a tintes en peluqueras, la alergia al cromo en trabajadores de la construcción y de la piel, etc.

Voy a tomar isotretinoína, ¿qué cosas debo tener en cuenta?

La isotretinoína es un medicamento similar a la vitamina A, indicado en el tratamiento de diversas formas de acné (incluidos el acné vulgar o juvenil, el acné rosácea o  la hidrosadenitis). Es el tratamiento más eficaz en el acné, y de hecho, el único capaz de curarlo definitivamente en más de un 80% de casos.

Los dermatólogos tenemos una amplia experiencia en el uso de este fármaco, que se utiliza desde el año 1982.

Se toma por vía oral, una vez al día. Es aconsejable tomarlo con comida.

Recuerde que el tratamiento dura aproximadamente unos 5 meses.

Las pacientes embarazadas o que amamanten un bebé, no pueden tomar esta medicación en ningún caso, por el riesgo para el feto o el recién nacido.

Si usted es alérgico a la soja o el cacahuete, no puede tomar este medicamento. Tampoco si ya ha tomado isotretinoína (o medicamentos similares) anteriormente y sufrió algún efecto indeseable grave.

Tampoco es recomendable que la tomen personas que abusen del alcohol, dado que su consumo aumenta el riesgo de toxicidad sobre el hígado.

No se recomienda su uso en pacientes con hipertrigliceridemia severa.

La isotretinoína debe administrarse con precaución en pacientes con alteraciones graves de la función del hígado o los riñones.

Consejos para mejorar el cloasma o melasma (manchas hormonales)

El melasma, también llamado cloasma, es un problema de piel muy común que afecta sobre todo a mujeres en edad fértil.

Aparecen manchas marrones en cara, especialmente en la piel sobre el labio superior, las mejillas, la frente, el mentón o el dorso de la nariz. Raramente puede afectar también al cuello o el dorso de antebrazos.

El melasma es un problema puramente estético. No tiene ningún riesgo médico ni produce ningún síntoma (es decir, no pica, no escuece, no duele). Pese a ello, la paciente con melasma puede experimentarlo como un problema importante, puesto que afecta a su imagen personal.

La exposición a la luz es la causa fundamental, principalmente la luz procedente del sol.

Las pacientes más frecuentemente afectadas por el melasma o cloasma son mujeres jóvenes o de mediana edad, en edad de tener hijos. El embarazo, los anticonceptivos orales y cualquier otro tratamiento hormonal con estrógenos puede inducir un melasma. Por tanto, es fácil imaginar que las hormonas, particularmente los estrógenos, juegan un papel fundamental en la aparición de estas manchas.

Las mujeres de origen latino, asiático, y en general, de piel más oscura, tienen más riesgo de sufrir un melasma.

También existe un componente genético. Dicho de otra manera, si tiene usted algún familiar con melasma, sus probabilidades de desarrollarlo son algo mayores.

Por último, ciertos cosméticos o productos irritantes de la piel, incluyendo la depilación con cera, pueden inducir o agravar el melasma.

¿Qué son y cómo tratar los moluscos contagiosos?

Los moluscos contagiosos son una infección superficial de la piel, producida por un virus denominado Poxvirus.

Es una infección muy frecuente en niños mayores de un año, y no supone ningún riesgo para la salud del niño, sus familiares o personas cercanas. Las molestias que ocasiona son más estéticas que médicas.

Se suelen tratar para evitar que el paciente se contagie él mismo y salgan nuevos moluscos, y para prevenir el contagio a otros niños.

Afecta principalmente a niños, por contacto directo entre ellos o con objetos contaminados (toallas, prendas de ropa, etc.). En nuestro país, el medio de contagio más frecuente son las piscinas, dado que el virus es resistente a la mayor parte de agentes que se utilizan para desinfectar el agua de estas instalaciones.

Los niños con dermatitis atópica suelen contagiarse más fácilmente, puesto que tienen una piel más frágil.

Tengo una pitiriasis rosada, ¿qué es y qué debo saber?

La pitiriasis rosada (o pitiriasis rosada de Gibert) es una enfermedad que sólo afecta a la piel, totalmente benigna y que cura sin necesidad de tratamiento al cabo de 6-8 semanas.

No se conoce la causa con certeza, aunque parece ser que tiene un origen vírico.

Afecta principalmente a niños, adolescentes y adultos jóvenes. No se conoce la vía de contagio. Suele aparecer en cambios de tiempo, sobre todo en primavera y otoño.

La erupción típica de la pitiriasis rosada suele comenzar con una mancha única que se va ensanchando, hasta llegar a un diámetro de pocos centímetros, habitualmente en tronco o parte superior de extremidades. Es la denominada “placa madre” o “placa heraldo”, el hallazgo de la cual suele ser de ayuda al dermatólogo para diagnosticar la pitiriasis rosada.

Al cabo de pocas semanas, comienzan a surgir muchas manchas nuevas por todo el cuerpo, más pequeñas, redondas u ovaladas, con un centro más brillante y un borde de aspecto seco, descamativo.

Las manchas de la pitiriasis rosada pueden salir en tronco, parte superior de extremidades y cuello, pero no afecta habitualmente ni a cara ni a la zona más baja de las extremidades (manos y pies).

¿Cómo tratar los hongos de la pitiriasis versicolor?

Las manchas de la pitiriasis versicolor están producidas por un hongo que normalmente habita en nuestra piel. En situaciones de calor y humedad (sobre todo en verano), más aún si la persona suda mucho y hace deporte, este hongo crece más de lo debido y aparecen las manchas.

El tratamiento tópico (sobre la piel) es el más utilizado. Tanto si tiene pocas como si tiene muchas manchas, lo más recomendable es tratar toda la piel del tronco (desde el cuello hasta la zona de pubis y nalgas), y también hombros y brazos hasta el codo. ¿Cómo se aplica? Dúchese cada dia y aplíquese el champú o gel indicado, dejándolo actuar durante 5 minutos y aclarando con agua abundante. Hay que repetir esta pauta diariamente hasta completar 4 semanas.

Vuelven los piojos, ¿cómo los trato?

Los piojos son unos insectos que se adhieren al cabello humano. Hay diversas variedades: los más típicos sólo afectan al cabello de la cabeza (Pediculus humanis capitis); otro tipo puede afectar al pelo púbico, axilas y pestañas (Pediculus humanis pubis, comúnmente conocidos con el nombre de “ladillas”). En esta hoja sólo hablaremos de los más frecuentes: aquellos que afectan a los cabellos.

Esté tranquilo, los piojos humanos no tienen ningún riesgo de contagiar ninguna enfermedad infecciosa.

Los piojos de la cabeza suelen afectar a niños en edad preescolar y escolar, especialmente entre los 3 y 12 años, pese a que pueden infestar a cualquier persona a cualquier edad. Aparecen en forma de pequeñas epidemias en las escuelas.

Las niñas se infectan con más frecuencia que los niños, seguramente por la mayor longitud y volumen del cabello, hecho que facilita el paso de los piojos de una cabeza a otra.

Los piojos se contagian por contacto directo entre personas, es decir, rozando las cabezas de unos con otros, o intercambiando gorras, sombreros, bufandas, toallas, peines, cepillos de cabello, etc. Es verdad que hay piojos en otras especies animales, pero estos piojos no son capaces de infestar a los seres humanos. Por tanto, no se pueden contagiar desde animales domésticos o de granja.

No es cierto que los piojos se contagien más en personas con una higiene pobre. Cualquier niño, tenga el cabello muy sucio o muy limpio, puede contagiarse de piojos.

Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los piojos no tienen alas, no vuelan ni saltan, por lo cual es muy improbable el contagio a distancia. Éste es el motivo por el cual los adultos no suelen contagiarse, ya que el contacto directo entre personas adultas (por ejemplo, jugando, abrazándose, compartiendo prendas de ropa…) es casi inexistente.

¿Cuál es la mejor medida para prevenir el envejecimiento?

Ya ha llegado el buen tiempo y con él, el sol, los baños, los días largos y las actividades al aire libre.

¿Qué pasa con nuestra piel? Si nos miramos en el espejo, veremos las huellas de las experiencias vitales acumuladas, entre ellas, la huella del sol, traducido en una piel más fina, seca, con arruguitas, manchas, alguna verruga que sobresale…

El envejecimiento de la piel se produce por dos factores fundamentales: el paso de los años -en un 20%-, y el sol, responsable del 80% de los signos de envejecimiento cutáneo.

Con esta idea aclarada, uno ya se imagina que, de haberse protegido muy bien del sol de niños o jóvenes, ahora luciríamos una piel mucho más firme, menos arrugada, con muchas menos manchas y verrugas, y seguramente, sin aquel pequeño carcinoma que me detectaron hace unos años y que tuvieron que operarme. ¡Ninguna culpabilidad!

Eran otros tiempos, en los que los efectos nocivos del sol eran desconocidos, y uno esperaba con ilusión la primera quemadura estival y el olor típico del aftersun, ¡señales inequívocas de que las vacaciones estaban a la vista!

Ahora no tenemos excusa. Todos conocemos las recomendaciones para exponernos al sol de forma responsable: evitar permanecer al sol entre las once y media o doce del mediodía hasta las cuatro o cuatro y media de la tarde, no utilizar cabines de rayos UVA artificial, llevar siempre gorra con visera, sombrilla, gafas de sol, ropa, y naturalmente, aplicarse protectores solares de factor de protección alto o muy alto, idealmente de 50 o 50+.

Manuel, en la consulta, le comenta al médico: “Escuche, que si me pongo esta crema estaré blanco todo el verano, ¡pareceré un marciano!”

El bronceado, sí, regalo envenenado que nos ha traído la moda; curiosamente, estar bronceado siempre había sido una señal de bajo nivel socioeconómico y cultural, dado que era la gente que hacía faenas agrícolas las que siempre estaban morenas.

No fue hasta la década de los años 20 del siglo pasado, cuando figuras como Coco Chanel, literalmente quemada durante una excursión marítima por la Rivera francesa, iniciaron un cambio de actitud frente a estar bronceado. Su vuelta a París, mostrando su color dorado, levantó las envidias a su alrededor.

 

María pregunta en la consulta, qué puede tomar para estar morena y evitar que el sol haga daño a su piel.

La ingesta de betacarotenos, muy presente en una gran variedad de frutas como la zanahoria, los mangos, albaricoques, melón, espinacas, etc., puede ser beneficiosa en cantidades moderadas, sin embargo, nos sabe fatal comunicaros que en ningún caso sustituye la protección solar en forma de cremas solares, ropa, gorra. ¡Y vigilad! Si coméis demasiado, ¡corréis el riesgo de tomar un color anaranjado que puede hacer que se os confunda con la mascota del Mundial de Fútbol de España de 1982!

¿Y qué hacemos con las manchas y verrugas? A menudo son fruto de quemaduras solares de joven, exposición continuada al sol, en resumen, excesos que pasan factura durante la madurez, cuando disfrutamos de más tiempo para estar al aire libre.

Recordad, lo que habéis hecho, hecho está, y esto no significa que no podamos frenar el reloj del envejecimiento comenzando una vida más sana (que incluye, entre otras, evitar las quemaduras solares o ponerse muy moreno). Para evitar que las manchas empeoren, se noten más, o salgan nuevas, utilizad cremas a diario que incluyan pantalla solar.

Durante el invierno, una crema nutritiva o antienvejecimiento con un factor de protección solar (SPF) de 20 ó 30, será suficiente. Para los meses de sol, un protector de 50+, sobre todo para cara, cuello, dorso de manos y antebrazos.

Podréis ver la diferencia con vuestros amigos o amigas que no hacen caso de estas recomendaciones, al cabo de poco tiempo.

 

Y para aligerar las manchas más intensamente, solicitad consejo a vuestro dermatólogo, quien os podrá aconsejar sobre el uso de despigmentantes en los meses de otoño e invierno, y si no es suficiente, utilizar otras terapias estéticas como los láseres o peelings químicos.

Y para las verrugas seborreicas, ya sabéis, aquellas verrugas feas, marronáceas, de aspecto seco, rugoso, a veces grasiento, vuestro especialista os reserva otros tratamientos médico como la crioterapia en spray, la cirugía o mejor aún, el láser CO2, entre otras opciones.

No intentéis utilizar remedios caseros, id al médico para asegurar que lo que tenéis en vuestra piel son verrugas, por tanto, benignas, y no otras tumoraciones no tan buenas.

No dudéis en pedir consejo, ¡dadnos trabajo! Ante cualquier lesión en la piel, mejor consultar que dejarlo ir y tener un susto más adelante.

Y ahora, ¡a disfrutar del sol! (¡de forma responsable, claro!).

¿Cuál es el mejor tratamiento en casa para el envejecimiento de la piel?

El retinol es una sustancia que pertenece a la familia de derivados de la vitamina A.

Actúa sobre la piel de diversas maneras: incrementa la producción de colágeno, fibras elásticas y ácido hialurónico, reduce manchas y arrugas finas, incrementa la tersura y luminosidad de la piel, reduce poros, cicatrices de acné y la secreción de sebo.

Para muchos pacientes, el uso de cremas con formas activas de retinol a concentraciones elevadas supone un antes y un después en el aspecto de su piel.

Existen múltiples formas químicas (ácido retinoico, retinol, retinaldehído, entre otras), cada una con unas características diferentes.

Además, el vehículo en el que está formulado el retinoide también afecta sensiblemente a su eficacia y seguridad.

Existen disponibles múltiples productos cosméticos comercializados con retinol, muchos de ellos con formas químicas poco activas o inestables, y, por tanto, poco o nada eficaces.

El retinol a concentraciones activas produce frecuentemente un efecto peeling durante las primeras 4 a 6 semanas de tratamiento. Este efecto es completamente normal, y se conoce con el nombre de “retinización”

Estos efectos consisten en sequedad, tirantez, rojez, descamación, picor o escozor, que pueden ser minimizados siguiendo las recomendaciones que le proporcionamos a continuación.

Estas molestias son temporales y disminuyen progresivamente a medida que la piel se acostumbra al retinol.

Si no notara irritación alguna durante este tiempo, aumente la concentración de retinol del producto que le han prescrito.

Para reducir los efectos irritativos, siga los siguientes consejos:

  • Aplíquelo exclusivamente por la noche.
  • Empiece por la concentración de retinol que le haya prescrito su dermatólogo.
  • Aplique la cantidad mínima necesaria de producto.
  • Evite contorno de ojos, labios y cuello o escote. Si alguna zona se le irrita demasiado, puede ponerse un poco de crema hidratante previamente al retinol para disminuir su absorción en esa zona.
  • No empiece usándolo a diario. Por ejemplo, aplíquelo sólo 2 noches por semana durante las primeras 2 semanas. Increméntelo a 3 noches por semana durante las siguientes 2 semanas, y a días alternos durante las 2 semanas posteriores. A partir de la 7ª semana puede aplicarlo a diario. Recuerde: no hay prisa. No pasa nada si descansa algún día más si lo necesita.
  • Utilice una buena crema hidratante-nutritiva todas las mañanas, así como las noches que no use el producto con retinol, y siempre que necesite por la sequedad o irritación.
  • No use exfoliantes ni scrubs, y evite el chorro directo de la ducha sobre la cara y el agua muy caliente, especialmente durante el periodo de adaptación al retinol (primeras 6 semanas)
  • No realice peelings cosméticos o médicos.

Tengo sarna, ¿cómo se contagia y en qué consiste su tratamiento?

La sarna (también llamada escabiosis) es una enfermedad contagiosa de la piel producida por un ácaro (Sarcoptes scabiei), que se contagia entre personas. Días o semanas después de contagiarse, comienza un picor muy intenso, más fuerte por la noche, que no responde a los tratamientos médicos habituales contra el picor. Es muy común que la sarna se contagie a la pareja o a diversos miembros de la familia conviviendo bajo un mismo techo.

La sarna puede afectar a personas de cualquier edad, raza o clase social. Se contagia por contacto directo prolongado piel con piel, o al compartir ropa de cama, de baño o de vestir contaminada. También es frecuente en instituciones donde vive mucha gente en poco espacio (albergues, residencias de ancianos, prisiones, centros sociosanitarios, etc.)

Tener sarna no indica necesariamente falta de higiene. Cualquier persona puede adquirir una sarna pese a tener buenos hábitos higiénicos, si tiene un contacto continuado e íntimo con una persona o elemento infestado.

Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los ácaros de la sarna no saltan ni vuelan. Es necesario un contacto íntimo con una persona o ropa contaminada para contagiarse con el parásito. Este es el motivo por el cual es muy difícil contagiarse sólo por el hecho de darse la mano, abrazarse un momento, pasear, comer juntos, etc.

Los animales no pueden contagiar la sarna humana. Es una infestación exclusiva de los humanos.

Inicialmente la sarna no da ningún síntoma. Después de unas semanas del contagio (habitualmente entre 2 y 6 semanas), la piel reacciona a los parásitos de la sarna produciendo una reacción alérgica, con un picor intenso y generalizado, más intenso por la noche y que puede dificultar el sueño normal.